Hannibal Restaurante Murcia, fuego elegante de Sebastián López

A Sebastián López le llevo siguiendo la pista desde hace años, pero se mueve más que una lagartija y me ha costado pillarle quieto. Por eso no he querido esperar mucho en visitar Hannibal Restaurante Murcia, porque lo mismo si me despisto lo encuentro en otra movida. Y menos mal que allí lo encontré, porque pude comprobar, en primera persona, que su fama como domador del fuego y las brasas, es completamente merecida.

Hannibal Restaurante en Murcia

Hannibal restaurante Murcia se encuentra en Agridulce, en el Campus de Espinardo, en el local donde hace años estaba Collados de Agridulce y no hace tanto Clandestino. El restaurante es bonito, pero lo realmente importante se encuentra en su cocina. Una cocina donde el humo y el fuego son los protagonistas, para realzar el sabor y el aroma del producto. En ese sentido, los guisantes baby a la brasa fueron el mayor exponente, consiguiendo un sabor a brasa increíble, manteniendo prácticamente inalterable la textura del producto.

Para comenzar…

Además de los guisantes, hay que pedir para comenzar el pan de masa madre con mantequilla ahumada y ajo. La mantequilla tiene un sabor ahumado muy intenso, y las tiritas de torreznos que llegaron a continuación son mega crujientes. El carpaccio de picaña madurada está buenísimo, pero los carpaccios siempre se quedan escasos. Menos mal que pedimos también el brioche de cerdo ahumado estofado y encurtidos. El pan, la jugosidad del cerdo y el contraste de la salsa y la cebolla encurtida conforman un bocado cojonudo.

El lujo lo proporcionó una hermosa cigala, tocada por las brasas con buen gusto y cariño, y que se acompañaba de un sorprendente y meloso guiso de cresta de gallo, que le iba increíble. Los cogollos a la brasa, me encantan, en casa, a falta de brasas, los hago a la plancha, así que los tenía que pedir. Los sirven con pollo asado, y una salsa a modo de César, que es la ensalada perfecta antes de la carnaza.

Finalizamos con una espectacular chuleta de vaca, preparada a la parrilla con la maestría que esperábamos y no defraudó. No defraudó el postre, una torrija, que si bien no quiero abusar de la frase tan manida, «de las mejores que he probado», en esta ocasión cobra todo el realismo que no suele llevar consigo habitualmente.

No defraudó Hannibal Restaurante Murcia. El local es bonito, el servicio correctísimo, con un Juanjo que es buen anfitrión, aunque no le pude sacar el jugo cafetero como en Nido. Y la cocina de Sebastián López, fresca, divertida, sabrosa y con el fuego como protagonista.

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