Eterno Murcia, de la fastuosa expectativa a la discreta realidad

Hacía mucho tiempo que no iba a un restaurante con tan pocos días de vida. Y es que los tiempos en los que me llamaba la atención ir a restaurantes recién inaugurados se me pasó. Pero no me preguntes por qué, me sentí atraído por Eterno Murcia. ¿Sería por su increíble localización en la Plaza de Santa Catalina? ¿Sería por la fastuosa decoración que se vislumbraba desde su puerta? Por lo que fuera, y sin ninguna referencia, reservé para cenar una noche.

Restaurante Eterno Murcia

El Restaurante Eterno Murcia no hay duda que llama la atención por su decoración, más allá de que pueda ser de tu estilo o no. Pero ese entorno majestuoso, yo creo que le perjudica, ya que la propuesta gastronómica no va de la mano. Pero es que además, el servicio de sala es tan bueno, profesional, y atento que también le perjudica. Me explico. Estás es un sitio de aspecto lujoso, con un servicio de sala fantástico, y clar,o tus expectativas con lo realmente importante, que es la comida, van en aumento y luego pues no llegan a lo que has imaginado. Y no es que se coma mal en Eterno Murcia, ni mucho menos, de los sitios en los que como francamente mal ni hablo, pero me decepcionó un poco, ya que por entorno y precio se le debe exigir algo más.

¿Qué pedimos en Eterno Murcia?

Comenzamos con la “marinera” de atún rojo, con una emulsión de berenjena asada, sobre una regañá, que es un buen aperitivo. Lo mejor de la cena fue la croqueta de Wagyu, con velo de papada y mayonesa de Hoisin. Muy rica, aunque esa tierra de chuletón no le aportaba nada.

Luego llegaron las alcachofas, también con velo de papada, y una crema de patata trufada, poco trufada. Viene con la ya más que vista campana donde se contiene humo de madera de roble de whisky. Las alcachofas frescas ya estaban en su últimos días, y en el plato se utilizan en conserva, que están buenas, pero tenedlo en cuenta. Otro plato rico fue la vieira con guisantes, huevo 65 grados y una espuma de cebolla que me gustó bastante en su conjunto.

Platos principales

Mi mujer eligió el Sam de rape templado y mahonesa de cítricos, y por lo que comenta le gustó bastante. El resto compartimos unas carnes. Correctas y bien de punto, tanto la entraña de Angus como la picaña de Wagyu, aunque quizá esta última no merezca la pena por precio y tamaño de la pieza.

Los postres en Eterno Murcia

Unos buenos postres pueden arreglar una comida mediocre, o estropear una buena experiencia, y los de Eterno Murcia fueron muy flojos, además de presentados de una manera poco vistosa, por decirlo de forma amable. De la milhoja se salva el hojaldre, que si no es de Marquina, se parece mucho, y que están buenos incluso solos. No me gustaron las cremas que llevaba, con una algo ácida que parecía de manzana, que no pegaba nada.

La Tatin de manzana no era tal. Esperas una tarta con la masa en la base y una manzana por encima blandita, caramelizada, jugosa. Encontramos, cubierta por la masa, un trozo de manzana demasiado grande, que quedó algo dura, y poco apetecible.

Ni siquiera me gustó la torrija, que en mi opinión estaba demasiado seca. La comparo con la torrija que probé hace no mucho en Hannibal, que está increíble, y cuesta los mismos 8 €, y es que es una comparación que es casi ofensiva.

Conclusión…

Actualmente, Eterno Restaurante da más para ser un lugar de postureo, que para ser interesante en lo gastronómico. Soy consciente que lleva poco, seguro que mejorarán la propuesta, pero nuestra visita me dejó muy frío y con una relación calidad-precio-disfrute subóptima.

¿Has pasado ya por Eterno Murcia? ¿Qué te ha parecido? No dudes en dejar tu comentario y a ¡COMERVIAJARynadamas!

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