Luis Alberto Pérez González | ¡Síguelos! Top 8 pasos para crear un colchón financiero

DAT.- Aunque resulte paradójico, la tranquilidad que aporta tener un pequeño colchón económico para lo que pueda pasar no se paga con dinero. Sin embargo, para lograrlo es necesario tener el hábito de ahorrar, algo que no tenemos la mayoría de personas.
Explica Luis Alberto Pérez González que contar con un colchón financiero es uno de los pilares de la libertad financiera. Y aunque es relativamente fácil de mantener y hacerlo crecer, empezarlo puede costar un poco más.
Veamos cuáles son los puntos básicos para crear tu propio colchón financiero por si aún no dispones de uno o no se te ha dado muy bien las veces que lo has intentado.
Empieza por conocer tu capacidad real de ahorro
El secreto de los grandes ahorradores es la planificación. Por eso, lo mejor que puedes hacer para empezar a crear un colchón financiero es conocer cuál es tu capacidad real de ahorro. Descubrirlo es tan fácil como restar tus gastos mensuales a tus ingresos (es decir, tu sueldo o prestación más posibles ingresos pasivos). El resultado obtenido es, a grandes rasgos, tu capacidad de ahorro o, dicho de otra forma, el dinero que potencialmente podrías ahorrar mes a mes.
Establece el hábito de ahorrar
El buen ahorro es constante y metódico. De hecho, lo ideal es que acabe incorporándose como un hábito más de tu día a día y que realizarlo no te suponga apenas un esfuerzo. La mejor forma de lograrlo es mediante un aporte fijo mensual, algo muy fácil de averiguar conociendo nuestra capacidad de ahorro. ¿Es necesario ahorrarlo todo? La verdad es que no. Lo más recomendable es que cojas un porcentaje de tu capacidad de ahorro y lo guardes, mientras el resto deberá quedarte para afrontar cualquier posible imprevisto.
Aprovecha las ventajas de tener dos o más cuentas
Ahorrar no es más que guardar para el futuro. Y aunque cada uno lo hace como quiere, guardar todas las nueces en el mismo saco no es la mejor de las ideas. Tener todo nuestro dinero (ingresos, gastos y ahorro) en una misma cuenta es peligroso por muchos motivos: puede crear una falsa sensación de que tenemos más de lo que tenemos y acabar gastando de más, un gasto sorpresa o con un importe alto puede desestabilizar nuestras finanzas… pero el más importante es que nos resta mucha perspectiva a la hora de analizar nuestras finanzas. Tener una cuenta extra destinada al ahorro es una de las mejores ideas para cumplir con tus objetivos financieros a largo plazo. Ahí están a recaudo, fuera de nuestro ojo y de cualquier tentación de gastarlos. Además, algunas de las cuentas de ahorro que puedes encontrar en el mercado son remuneradas, por lo que puedes hacer que tu dinero trabaje para ti y crezca (un poco) sin necesidad de hacer nada.
Recorta gastos poco a poco
Empezar restringiéndonos nunca es la mejor solución ya que no tardará en generarnos estrés o incomodidad. Si, por el contrario, empezamos haciendo los cálculos y destinando una pequeña parte al ahorro, tal y como hemos visto, será más fácil conseguir resultados poco a poco e irnos motivando. Vamos, que con la maquinaria ya en marcha, es mucho más fácil ponerse a ver de qué gastos podemos prescindir. A la hora de recortar gastos, no busques únicamente hacer grandes recortes. A veces es mejor ir haciendo pequeños ajustes. Y es que a la hora de crear nuestro colchón financiero todo suma.
LEA TAMBIÉN | Luis Alberto Pérez González | ¡Conócelos! 3 juegos de mesa que te ayudarán con tus finanzas
Revisa las cuentas de vez en cuando y haz algunos ajustes
Aunque resulte tremendamente satisfactorio, no nos referimos a mirar el dinero ahorrado, sino a revisar que tus cuentas de ingresos, gastos y capacidad de ahorro siguen siendo las mismas. Es probable que con el paso del tiempo la familia crezca, tu situación laboral cambie o que adquieras un nuevo hobby, por ejemplo. La mayoría de estos cambios afectan en mayor o menor medida a nuestra economía, por lo que es necesario tener las cuentas siempre al día. ¿Te han subido el sueldo? Además de celebrarlo, seguro que también ha aumentado tu capacidad de ahorro, por lo que es un excelente momento para guardar un poquito más de dinero. Y lo mismo, pero al revés: si pasas a cobrar el paro, tus ingresos muy probablemente se vean mermados y, por tanto, deberás reajustar tus gastos y economía a la nueva situación.
Evita que tu colchón financiero sea solo en efectivo
Disponer con algo de efectivo en casa es una gran idea para afrontar cualquier posible imprevisto, aunque no conviene tener mucho. Es recomendable que la cantidad perfecta a guardar hasta seis meses de nuestros gastos fijos. Y si bien es cierto que ha pasado un tiempo y los medios de pago digitales son mucho más versátiles, los expertos siguen recomendando guardar efectivo en casa. La cantidad correcta en la actualidad sería el equivalente a tres meses de gastos.
Invierte, pero con cabeza
Un colchón financiero está pensado para proporcionarte bienestar en el futuro, pero… ¿qué hacemos mientras ese futuro llega? Si no vas a necesitar parte del dinero a corto o medio plazo invertirlo es mucho más inteligente que acumularlo. A la hora de invertir el dinero de nuestro colchón financiero es importante no dejarse llevar por los cantos de sirena de las altas rentabilidades.
No abandones el hábito de hacer crecer tu colchón financiero
Además de para el futuro, los colchones financieros son muy utilizados para alcanzar objetivos que exigen un fuerte esfuerzo económico. La entrada de una vivienda, una boda, la universidad de los hijos… Los motivos son muchos, pero lo importante es que una vez alcanzados, no perdamos el hábito de ahorrar y sigamos guardando dinero para lo que nos depare el futuro. En este sentido, resulta muy práctico tener varios colchones con objetivos específicos para cada uno. Así no solo podemos ir contemplando el ahorro en los diferentes campos, sino que una vez cumplamos uno podremos redistribuir el presupuesto, haciendo cada vez más fácil el alcanzar las diferentes metas que nos hemos propuesto.
(Con información de Luis Alberto Pérez González)