Bernardo Arosio: ¿Cómo resolver los conflictos?
Los conflictos son inevitables en el transcurso de nuestra vida. Ellos nos permiten madurar, entender en qué estamos fallando y cómo podemos resolver lo que nos está pasando. Es importante resaltar, que los conflictos se presentan tanto a nivel personal como laboral, pero lo vital es saber cómo resolverlo de manera inteligente.
Dentro de la inteligencia emocional, la resolución de conflictos es un factor importante para llevar una vida tranquila. En primer lugar, tenemos que identificar cuál es el problema que se está presentando. Un ejemplo de esto, es que si dos personas continuamente discuten por realizar una tarea del hogar, ambos deben sentarse y ver cuál es el problema y cómo resolverlo de manera inteligente.
En segundo lugar, se debe buscar un tiempo y el lugar adecuado para resolver el problema. Por ejemplo, si el enfado de alguno de los lados es demasiado alto, hay cansancio acumulado, o nos encontramos en medio de la calle, no es momento de intentar negociar. Es necesario esperar la ocasión en la que las partes estén receptivas pues de lo contrario la comunicación no valdrá de nada.
Otro punto es aplicar la negociación, ya que, si ambas partes podrán ceder un poco para que la intención positiva de cada uno, es decir su necesidad, se sienta satisfecha y se resuelva el conflicto.
Recordemos que la Inteligencia Emocional es una herramienta que nos ayuda a entender de qué forma podemos influir de un modo adaptativo e inteligente sobre nuestras emociones, así como en nuestra interpretación de los estados emocionales de los demás. Este tipo de inteligencia puede ayudarnos a encontrar la forma óptima de resolver conflictos, tanto en nuestra vida personal como en la vida laboral.
Ahora bien, a nivel laboral, los conflictos también deben resolverse de manera inteligente para que las cosas puedan fluir de manera positiva y que el ambiente laboral no siga estando afectado. Las personas que ejercen el liderazgo dentro de la compañía pueden tener la “batuta” culminar con los problemas, unir a los trabajadores y avanzar de manera positiva.
Para solventar esto, te presentamos varios pasos que podemos seguir:
- Atacar el problema y no a la persona
El líder o la persona que va a resolver el conflicto debe intentar despersonalizar al máximo nuestros comentarios y centrarnos solo en la cuestión o problema. En lugar de acusar a la gente con un “siempre estropeas las cosas”, es mejor decir “vamos a analizar por qué sigue sucediendo”. Es importante recordar que en la mayoría de las declaraciones que hacemos en una disputa estamos luchando con nuestra propia rabia.
Es importante encontrar algunos puntos en común, o crearlos, entre uno mismo y la persona que está en el otro extremo. Mostrar empatía y una actitud positiva tranquiliza a la gente de inmediato.
- Exponer los argumentos con tacto
Dentro de este punto la clave es ayudar a las personas a entender nuestra perspectiva sobre el tema sin ofender ni permanecer a la defensiva. Para ello es muy útil utilizar una comunicación de tipo asertivo. En la medida en la que uno puede desarmar con tacto a la otra persona, esta estará más predispuesta a escucharnos.
Lo que lleva al conflicto es la escalada de la ira que empieza a perturbar a la gente. La mayoría de nosotros dejamos de escuchar para entender a medida que nos enfadamos. En su lugar, empezamos a escuchar para discutir. Es esencial mantener la calma para gestionar bien un conflicto y ayuda el hecho de adoptar una perspectiva global y temporal. Cuando el conflicto inevitablemente sucede, es útil detenerse y pensar que lo más probable es que se resuelva con el tiempo. Entonces, ¿por qué no comenzar la solución de problemas ahora?