Asador Etxebarri, el segundo mejor restaurante del mundo

Tengo que reconocer que cogimos un vuelo desde Alicante a Bilbao con el único objetivo de conocer el Restaurante Asador Etxebarri, que se encuentra en Axpe Atxondo, a una media hora en coche de Bilbao. El Asador Etxebarri cuenta con una estrella Michelín, y actualmente está considerado como el segundo mejor restaurante del mundo por The World´s 50 Best Restaurants y en esta entrada te cuento nuestra experiencia en la que ha sido una de las mejores comidas de mi vida.
[Actualización] En el momento de nuestra visita el Restaurante Asador Etxebarri estaba en la tercera posición en la lista 50 Best Restaurants, pero actualmente se encuentra en la segunda posición.

Pasamos una noche en Bilbao tras comer en el Asador Etxebarri, y lo hicimos en Hotel Occidental, un buen hotel que sirvió a la perfección para la consecución de nuestro objetivo.
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El Asador Etxebarri
El Asador Etxebarri es un lugar especial en muchos sentidos. El restaurante está situado en un caserío precioso, rehabilitado para la causa y en un entorno maravilloso. Cuando el taxi nos dejó en la inmediaciones del restaurante se respiraba un ambiente de paz y tranquilidad que luego continúa en el interior del caserío.

Llama la atención que teniendo una estrella Michelín y estar situado en posiciones de podio mundiales, no verás por el restaurante ninguno de esos galardones, al menos a simple vista, como en la mayoría de restaurantes “estrellados”. Parece que la humildad de Bittor Arguinzoniz se hace presente en todo lo que lo rodea. Y es que no verás a Bittor pasearse por la sala cuál estrella de rock saludando a los comensales. Él está donde tiene que estar, hablando más con el fuego que con las personas, y es que por eso llaman a Bittor Arguinzoniz el domador de las brasas.

La cocina de Bittor Arguinzoniz
La cocina de Bittor Arguinzoniz es única e irrepetible porque las personas somos únicas e irrepetibles. En el Asador Etxebarri no hay tiempos de cocción, los tiempos son las sensaciones que el fuego transmite a Bittor y eso es imposible de clonar. Prácticamente todo se cocina a la brasa, incluso productos como las angulas, el caviar, o la yema de huevo, para los que Bittor Arguinzoniz ha ideado y desarrollado incluso instrumentos de cocina para poder cocinarlos al fuego. Todos los productos que se utilizan en el Asador de Etxebarri tienen que ser excelsos, como le he escuchado a Bittor Arguinzoniz en algún documental, y además, muchos de ellos son cultivados, o elaborados en el propio caserío por Bittor como sus verduras, la cerveza, o la mozzarella de búfala.

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El menú degustación del Asador Etxebarri
En el Asador Etxebarri tienes la opción de menú degustación y carta. Nos decantamos por el menú degustación para poder probar más cosas y además porque casi todo lo que nos apetecía estaba en el menú. Las angulas, que son algo imprescindible aquí, no estaban el menú y tuvimos que pedir 150gr como extra. El coste del menú es de 180€ por persona, sin contar la bebida, ni en este caso las angulas que estaban a 140€ los 100gr. El menú es contundente, así que fue un acierto que los niños compartieran uno entre los 2, y agradecer al restaurante la completa flexibilidad que ofrecieron, siendo algo no muy habitual en lugares de esta categoría.


Comenzamos con…
El aperitivo de cortesía consistió en un sabroso caldo de alubias, ideal para preparar el cuerpo para lo que venía por delante. Y lo que venía era el mejor bocadillo de chorizo que te puedes comer en el mundo. ¿Un bocadillo de chorizo en un estrella Michelín? Pues sí, un chorizo que elaboran allí mismo…¡y qué chorizo!


Continuamos con unas fantásticas anchoas al salazón que regamos con una intensa cerveza que también elaboran de forma artesanal en el caserío.


Fantástico el servicio de pan durante toda la comida. Panes, como no podía ser de otra manera, elaborados en el mismo caserío. Siempre digo que podría disfrutar lo mismo de una excepcional comida como ésta sin alcohol, pero un día es un día y un buen vino nos acompañó durante todo el festín.


En el caserío tienen sus propias búfalas, que ordeñan a diario para elaborar su propia mozzarella de búfala. Escuché a Bittor Arguinzoniz en una entrevista decir que él no puede dar de comer a un comensal que cruza medio mundo para visitar su restaurante, algo que pudiera encontrar en cualquier sitio. Por eso decidió hacer su propia mozzarella, para que fuera un producto realmente excepcional y lo ha conseguido.


Caviar Erizo Berberecho
A continuación llegó uno de los platos que más ganas tenía de probar en el Asador Etxebarri: el caviar…el caviar a la brasa. El cómo lo prepara a la brasa no lo sé, pero es cierto que llega atemperado y con un sutil, digamos incluso muy sutil toque ahumado. Viene en unas cestitas de pasta de almendra y acompañado de una mantequilla de cabra, elaborada como no allí, entre 2 finísimas galletitas saladas.

Luego llegaron el erizo de mar, y unos enormes berberechos en jugo de pochas, que estando buenísimos, fueron quizá los pases que menos me emocionaron de toda la comida.


Kokotxa Yema Foie
La emoción llegó de nuevo a lo grande con lo que vino a continuación. Una kokotxa de bacalao rebozada y hecha a la brasa, no me preguntéis cómo, y flanqueada por un pimiento rojo, con más grandeza de la supuesta a priori.

Uno de los momentos estrella de la comida fue cuando apareció ante nosotros la yema de huevo a la brasa con jugo de chorizo y coronada con trufa blanca. Una verdadera locura de Bittor lo de hacer una yema de huevo a la brasa. Queda cuajada una finísima capa periférica, que estalla al meterle la cuchara y se desparrama mezclándose con el jugo de chorizo y la trufa blanca. El pan cumplió un papel fundamental, y creo que ni fue necesario meter el plato al lavavajillas. Para el recuerdo también el hígado de oca fresco a la brasa con crema de maíz y daikon.


Verduras y angulas
Antes de cosas más serias, un plato de alcachofa, cardo y borraja a la brasa. Utilizan siempre verduras de temporada que cultivan en el caserío, con ese concepto de casi auto abastecimiento que intentan conseguir.

Y quedaba por llegar nuestro extra del menú: las angulas a la brasa. A Bittor le decían que era imposible cocinarlas así, pero lo consiguió. No he comido muchas veces angulas, pero me gustan, y por cómo se peleaban mis hijos por ellas, parece que a ellos también. ¡Mal asunto! Además, puede que por lo prohibitivo de su precio actualmente, te tienen que gustar más aún si cabe por narices. Estaban exquisitas y además de todo lo que es acariciado por el fuego en el Asador Etxabarri fue lo que tenía un sabor ahumado más marcado.


El pescado y la carne en Asador Txebarri
Después del festín que ya llevábamos en el cuerpo, quedaban aún lo que serían “los platos principales” y los postres. En principio, según el menú, tenía que haber llegado el salmonete y zanahoria, pero no se presentó al partido y lo sustituyó el imperial besugo. El motivo es que habían visto que éramos una mesa con buen saque y que podíamos con el bicho. Nosotros encantados de tener al besugo entre nosotros, ya que mejoraba lo previsto en el menú, y estaba impresionante. ¡Gran detalle por parte del restaurante! El besugo se acompañaba de unas acelgas a la brasa, por supuesto también de producción propia.



Faltaba rematar la jugada con la carne. Una impecable y fotogénica chuleta de vaca nos deslumbró con su presencia. Era la perfección hecha chuleta en todos los sentidos. Entre pedazo y pedazo, algún pinchazo a una simple ensalada de lechuga y cebolla, aliñada con AOVE, sal y vinagre, venía muy bien.


Los postres del Asador Etxebarri
La parte golosa del menú comienza con uno de los helados más especiales que he probado jamás. Es un helado de leche reducida a la brasa con un jugo de remolacha. Textura perfecta y sabor indescriptible. ¡Maravilloso! A continuación el soufflé de chocolate, tan delicado que al rozarlo con la cuchara desparrama todo su interior generando un momento gastro orgásmico memorable. ¡Buenísimo! Esta locura de comida finaliza con una tableta de chocolate negro y unas mini magdalenas de almendra, obviamente ambas elaboradas en la casa, para acompañar el café.




Pues he visitado restaurantes como Dani García, Mugaritz, Coque o Quique Dacosta, entre otros, pero sin duda esta comida en el Asador Etxebarri ha sido una de las mejores de mi vida. La única experiencia que pondría claramente por encima sería la visita a Diverxo. La cocina de Bittor utilizando el fuego es primitiva, y por ello nos conecta con lo profundo de nuestras raíces más ancestrales, con nuestro ADN y así llegar de una forma más directa a emocionar. Luego están los factores intangibles: la humildad y el cariño que desprende todo el personal, el encantador caserío y un entorno natural privilegiado que rodea al restaurante. Todo en su conjunto hace que la visita al Asador Etxebarri sea mágica.



¿Qué te parece nuestra experiencia en el Asador Etxebarri? ¿Has ido ya o te han entrado unas ganas locas de ir? No dudes en dejar tu comentario y a ¡COMER, VIAJAR Y NADA MÁS!
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